domingo, 12 de abril de 2009

“El suspiro desganado de una ganzúa”

El libro de Adolf Turini “El suspiro desganado de una ganzúa” Es una novela de lectura afable, aunque posee un intrincado juego de capítulos muy similar a la obra del escritor argentino Julio Cortazar “Rayuela”. Puesto que el crítico, artista, escultor, dramaturgo, poeta, cuentista, novelista y profesor desenvuelve en su creación su admiración por este autor. Crea así una novela de numerosos capítulos, pero de corta extensión. Dentro de esta gran obra literaria, el novelista fue capaz de incluir otra gran parte de sus otras creaciones literarias, como por ejemplo gran parte de su obra poética, y pareciese también que quiso convertir a esta novela en una pequeña antología de cuentos propios.
El autor imprime con gran destreza las desventuras de sus dos personajes principales, Facundo y Zarco: el primero una abominación mestiza y el segundo un esclavo con aficiones de “Werther”. Ambos engendros inician un viaje desde la ruca de Facundo, hijo de un español aristócrata y una de las ultimas mujeres mapuches de la argentina, hacia el norte, sin tener claro donde terminará su desventura. Zarco, hijo de esclavos negros que tuvo un pequeño acceso a la educación, aprendiendo a leer a corta edad, basa su existencia en la obra del novelista alemán Johann Wolfgang Von Goethe, “Los sufrimientos del joven Werther”. Hace extraña la obra el personaje de Zarco, extraño es ver a un hombre negro muy alto, de toscas facciones y grueso cuerpo, llorar por que su enamorada Francisca Vino tinto de calidad, hija del dueño de la viña más importante de la argentina, no le había dado respuesta a su carta de amor.

Al más puro estilo de “Gargantúa y Pantagruel” la narración se vuelve plenamente grotesca, la descripción, a veces muy sórdida. “…teníamos hambre, Zarco hace días que no se limpiaba el culo, a veces entre los dos el teníamos que limpiarnos el trasero mutuamente, parecían nuestro culos zonas de erupción volcánica, con capas y capas de excremento seco. A tal punto fue nuestra hambre que utilizamos nuestra capa de caca como último alimento, por nada del mundo me comería a Zarco…” Juega con nosotros el escritor, puesto que dentro de los muchos capítulos de esta obra literaria la narración cambia “de pálido a voraz de cabida incesante es la etiqueta. Paso el dragón y me dejo solo, como la Voraz y henchida bolsa que me chupo. Trabaje la idea de mente, de idea la idea, balbuceo mentiras agobiadas deshilachadas las carnes en almuerzo voraz.”

4 comentarios:

Daniela C. dijo...

Si hay algo de esta critica que la hace ser notable es la invención y la creación de una extensa historia que la creo de principio a fin.
te amius

Mis_polainas dijo...

Loco!!!!! pedazo de libro... me encanto.. habrá que ver si la encontramos por ahí, en alguna tienda de saldos.

Yo también de amius.

Anónimo dijo...

Weeeena, me tinco el libro, yo que tú me ánimo a escribirlo, seria una parodia de toda esa mierda fundacional, de hecho podrías tomar personajes de toda esa flora y fauna. Por ejemplo Sab convertido en un chulo traficante de putas blancas, hijas de aristócratas venidos a menos, en fin da para mucho y sería una buena venganza literaria.
saludos

Yo no te amius

Alejandro Jeldes dijo...

en el fondo se que lo haces igual =D